Técnicas de rescate y reubicación de flora silvestre

Cuando se desarrollan proyectos en los que se implica la remoción de la cobertura vegetal forestal para la realización del mismo, una de las condicionantes que la autoridad federal estipula dentro de las autorizaciones de cambio de uso de suelo en terrenos forestales, es el de llevar a cabo un Programa de rescate y reubicación de flora silvestre, el cual busca proteger especies de flora dentro del sitio del proyecto que tengan un valor ecológico importante o bien que se encuentren en algún estatus de protección.

 

Con estas actividades de compensación se pretende la reubicación las especies propuestas a un sitio con condiciones lo más similares al sitio donde se pretende llevar a cabo el proyecto.

 

Para poder llevar a cabo estos programas es importante tomar en cuenta las características específicas del sitio y de las especies que proponen para su rescate, no es lo mismo rescatar un árbol de Guayacan (Guaicum coulteri), en el desierto de Sonora, que cactáceas como (Echinocactus platyacanthus) en el matorral submontano de Nuevo León; es por esto por lo que cada programa de rescate y reubicación es diseñado específicamente para cada área y especies presentes.

 

Uno de los puntos más importantes para el diseño, aplicación e implementación, es la selección de las técnicas de extracción para el rescate y la reubicación de las especies, esto con la finalidad de que la sobrevivencia sea arriba del 85% o el porcentaje que indique la autoridad. Dentro de las técnicas aplicables para rescate de especies distintas a las cactáceas pueden ser:

 

  • Extracción con cepellón y reubicación inmediata.

Consiste en extraer las plantas con mayor cantidad de suelo adherido a sus raíces. Este método es especialmente útil cuando se cuenta con tiempo suficiente antes de iniciar las actividades de construcción de los proyectos.

 

  • Extracción con cepellón, mantenimiento en vivero y replantación.

Se procede de manera similar al método anterior, con la diferencia de que las plantas son mantenidas en vivero durante el tiempo que dura la construcción de la obra, para ser reubicadas posteriormente.

 

  • Extracción sin cepellón, cicatrización y replantación.

Las plantas se extraen sin suelo, perdiendo gran parte de sus raíces. Posteriormente, los ejemplares son expuestos al sol y el aire, lo que favorece a la cicatrización y dificulta el desarrollo de microorganismos que pudieran causar la pudrición de la planta. Una vez cicatrizados, los ejemplares son reubicados.

 

Uno de los métodos utilizados para el rescate de cactáceas, es el denominado “extracción, propagación y reubicación”. El cual considera la realización de actividades de propagación, las cuales ayudan a implementar medidas correctivas, en caso de presentarse una supervivencia menor, con lo cual se asegura la permanencia de las especies.

 

  • Extracción

Se realiza la extracción de la planta, conservando la mayor cantidad posible de suelo para evitar dañar las raíces. En ese momento se coloca una marca de pintura en una de las espinas que apuntan al sur, a fin de conocer la orientación original de la cactácea. Esto es muy importante ya que, por su posición, los diferentes lados de las plantas se exponen de manera distinta a los rayos; si esta posición no se mantiene, se pueden exhibir al sol directo sitios que estaban acostumbrados a recibir poca luz.

 

  • Obtención de semillas y/o esquejes

De ser posible, se realiza la obtención de semillas (propagación sexual) o esquejes (propagación vegetativa) de las plantas extraídas. Si la planta no cuenta con semillas en ese momento, esta acción puede realizarse posteriormente, de acuerdo a los resultados de las evaluaciones preliminares de la supervivencia.

 

  • Reubicación

Las plantas extraídas se reubican inmediatamente a no más de 1,000 metros del sitio de extracción. Es muy importante mantener la orientación original de la cactácea, con base en la espina marcada. Una vez plantada, es conveniente compactar bien el suelo alrededor de la misma colocar una o varias piedras, a fin de evitar que sea dañada por roedores, los que aprovechan lo blando del suelo para desenterrar las cactáceas.

M.C José Alfredo Méndez Tamez

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