Sustentabilidad, enfoque energético

Sustentabilidad, enfoque energético

El desarrollo Sustentable.

El desarrollo sustentable, definido por primera vez en 1987 en la Comisión Mundial de Medio Ambiente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), enfatizo en primera instancia al medio ambiente. Al día de hoy, el desarrollo sustentable pone el acento en otras dimensiones, más allá del medio ambiente y tiene que ver con aspectos sociales, económicos y políticos (1).

Anteriormente se percibía a la naturaleza como la proveedora ilimitada de recursos para el desarrollo humano y tecnológico que se relaciona con un mayor conocimiento, (4), sin embargo, en la actualidad este concepto ha sido olvidado, puesto que el medio ambiente ha quedado en segundo plano.

La energía forma parte del desarrollo humano como sociedad, propiciándose su mayor consumo a partir de la de las actividades cotidianas, generando sociedades dependientes de los combustibles fósiles para mantener un estilo de vida y cubrir necesidades básicas, prácticamente en todo proceso creado para cubrir una necesidad se encuentra involucrada la energía.

Los conceptos anteriores generan la relación energía-sociedad adquiriendo una interacción dinámica entre diversos factores, ya que por un lado la sociedad es usuaria directa de la energía, pero por el otro se ve afectada directamente por los procesos de extracción, generación y transporte de esta, lo que ocasiona que el análisis social de un proyecto energético sea dinámico relacionado tanto a las sociedades afectadas en la generación, como a las sociedades beneficiadas en el consumo

Debido a que existe una relación energía sociedad, como ya se mencionó, muchas veces no se consideran estos factores sociales, aunque un proyecto cuente con toda la viabilidad posible, misma que ha sido evaluada de manera económica y ambiental por un especialista multidisciplinario en la materia, se podría llegar a generar un conflicto socio ambiental que obligue a que no se desarrolle un proyecto que al aplicarlo a la misma sociedad; quien es el principal beneficiario, este es rechazado.

La búsqueda de un modelo de política energética que lleve a una transición baja en consumo de combustibles fósiles y por consecuencia una disminución de la generación de gases de efecto invernadero, tiene que ir acompañada de una transformación socio-energética que incluya al menos la medición de los factores identificados, así como planes de intervención y de trabajo en conjunto desde una perspectiva interdisciplinaria y multi-institucional con la colaboración de los sectores de gobierno, industria, academia y sociedad, ya que la falta de consideración del factor social local ha llevado que proyectos e inversiones no logren sus objetivos primordiales y que la búsqueda de una mejora ambiental global y de una sociedad con mayor acceso a energía sustentable no sea completa al no considerar los aspectos locales en su implementación (2).

Lo que nos dejan estas series de estas recopilaciones sobre el concepto de sustentabilidad en el sector energético, son que el cuidado y la conservación del medio ambiente son una acción integral entre todos los sectores que cada día toma mayor valor entre la generación de políticas energéticas; ya que los impactos ambientales pueden repercutir en las sociedades de diferentes maneras y sobre todo a las generaciones futuras, por lo que hay que ser conscientes de la limitación del uso de los recursos que la naturaleza proporciona, como del impacto ambiental que este ocasiona.


Referencias:

  • Gutiérrez Blanca, Martínez María (2010). El plan de acción para el desarrollo sustentable en las instituciones de educación superior. Revista de la Educación Superior.
  • Lechón Yolanda, Cabal Helena (2019). Perspectivas de Sustentabilidad de México. Catalogo general de publicaciones oficiales.
  • Oswald Úrsula (2016). Seguridad, disponibilidad y sustentabilidad energética en México. Revista Mexicana de Ciencias políticas y sociales.
  • Guzmán, R. (2017). Ciencia, tecnología y sociedad en el siglo XIX: el concepto de energía, su historia y sus significados culturales. Revista de humanidades, 36, pp. 145-178